Yo no lo quito
Hace algun tiempo, un periodista entrevistaba al general don Sabino Fernandez del Campo en relación con lo sucesos del 23-F. Fecha que a este Asno se le ha pasado por alto, y es que cuando las neuronas envejecen ocurren estos despistes aunque se trate del tan famoso dia de San Policarpo. Y en aquella conversación, don Sabino llegó a decir: "El que se afana por conocer la verdad corre el peligro de tropezarse con ella"
Y ocurre también que otra periodista, en este caso Maria Eugenia Yagüe, por cierto hija del general, estaba entrevistando al general Gabeiras, y éste le respondió: "Estas cosas no se sabrán hasta que pasen veinticinco años". El caso es que estos veinticinco años ya han transcurrido desde hace siete, y los españoles siguen en la inopia, y dando por buena la que se considera "versión oficial".
Pero ocurre que los que llevamos años peinando canas estamos hasta el gorro de "versiones oficiales". De las cuales, así de paso, sólo se me ocurren unas cuantas:
-La del asesinato del almirante Carrero Blanco.
-La de los churros del Hotel Corona de Aragón.
-La del 23 F.
- La del 11 M en Atocha.
Y no seguimos, porque se nos revuelve el estómago a base de tantas versiones oficiales.
Y es que tanta versión oficial se basa en el convencimiento, quizás no tan equivocado, de que los españoles somos unos catetos incapaces de comprender nada de la compleja "ciencia política". En realidad se nos está considerando a todos como si fuéramos el Bobo de Coria, aquel que inmortalizó Velázquez, o el ya más moderno ciudadano que aparece en esta imagen
Todas estas cosas se nos ocurren tras haber visto por la cadena TV 6 ese programa anunciado y representado por ilustres personajes muy conocidos. que no hacen más que refrendar lo que estamos diciendo.
Pero como a nosotros lo que nos interesa son los hechos, nos vamos a salir esta cuestión para tratar otros temas, que no son de version oficial, sino que, como vulgarmente se dice, "van a misa" y posiblemente desconocen nuestros lectores.
Uno de ellos se refiere al entierro del primer presidente de la Generalidad catalana. Francisco Maciá. Este hombre falleció el 25 de diciembre de 1933. Y la Generalidad decidió dedicarle un funeral solemne en la catedral de Barcelona.
Un funeral solemne en aquella época tenía que ser con generoso acompañamiento de sacerdotes, pero se daba el caso de que Maciá pertenecía a la masonería, y el entonces obispo de Barcelona Irurita Almandoz, asesinado tres años más tarde, consideró que los sacerdotes no podían asistir al funeral de un masón. Y se negó a permitirr que sacerdotes católicos asistieran al entierro. Aquello indignó a los partidarios catalanistas de Maciá y acusaron al doctor Irurita de "enemic de Catalunya".
Y como era preciso conseguir que sacerdotes asistieran al entierro de un masón, llamaron al "superior" del obispo Irurita, que era el arzobispo de Tarragona y cardenal Vidal i Barraquer, para que autorizara la presencia de sacerdotes en aquel entierro, que se celebró en la catedral de Barcelona.
Huelga decir que Vidal i Barraquer salvó la vida saliendo para Italia, y el obispo Irurita fué asesinado en Barcelona, lo mismo que el obispo auxiliar Borrás, de Tarragona, que también fué fusilado.
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