Yo no lo quito
Como estos dias está volviendo a sonar por estos pagos el nombre de ese superjuez, que dice ser y llamarse Baltasar Garzón, nos viene a la memoria el recuerdo de que el el año 2008, uno de los 35 cargos imputados por este individuo por los delitos de detención ilegal y crímenes contra la humanidad supuestamente cometidos por el régimen de Franco, era el General don Fidel Dávila Arrondo. Pero no tuvo más remedio que declarar extinguida la responsabilidad criminal de Dávila cuando pudo recibir constancia fehaciente de su fallecimiento, que se había producido cuarenta y seis años antes.
La instrucción de la causa fué tan polémica que Garzón llegó a ser acusado de prevaricación, juzgado y absuelto posteriormente por el Tribunal Supremo, que en este pais las cosas siempre tienen arreglo, aunque no para todos.
Muy poca gente sabe que el general Dávila llegó a ser durante nueve dias Jefe del Estado Español, sustituyendo a Franco, que se encontraba fuera de España en viaje a Portugal para entrevistarse con las autoridades del pais hermano.
Pues este hombre era un modelo de honradez y del sentido del deber. Siendo, como llegó a ser, un sustituto de Franco, en Madrid de recuerda que cuando fué nombrado Ministro del Ejército se movía por la ciudad en tranvía o en metro para no gastar gasolina que entonces escaseaba, y jamás utilizó el coche oficial para llevar a los niños al colegio, y dió en el Ministerio un ejemplo de austeridad verdaderamente espartana, sólo comparable a la que también dió otro general que se llamó Agustin Muñoz Grandes, que le sustituyó en su Ministerio.
Don Fidel Dávila Arrondo había nacido en Barcelona en 1878 y tuvo que intervenir en la guerra de Cuba donde le concedieron la cruz del Mérito Militar, A su regreso, ingresó en la Escuela de Guerra saliendo como Capitán de Estado Mayor en 1902, En 1929 ascendió a general de brigada y fué destinado a la VII Region Militar /Burgos). Al proclamarse la República solicitó el retiro por la Ley de Azaña y pasó a la reserva.
Al estallar el Movimiento Nacional, se adhirió a los sublevados en Burgos y se hizo cargo de la Capitanía General a sus 58 años. Pero su prestigio en el Ejército era tan grande que, desde el primer momento, fué un gran colaborador de Franco, hasta el punto que al morir el general Mola en accidente aéreo, se convirtió en Jefe del Ejército del Norte hasta el final de la guerra.
Falleció en el año 1962 en Madrid a los 84 años, y Franco se presentó en su casa mortuoria para dar el pésame a la familia.
Este Asno es testigo de la personalidad de este hombre sencillo, sabio, y honrado, a quien su prestigio jamás se le subió a la cabeza.
Debió ser el año 1950. Estaba el Asno, un sábado por la tarde, saliendo de su camareta en el pasillo de alumnos de la Academia de Segovia, medio en porretas porque iba a tomarse una ducha, cuando, sorprendentemente, vió venir hacia él a un señor mayor, vestido con un abrigo, y con el sombrero puesto. Ante aquella sorprendente "visita" de un señor "desconocido" que no le recordaba a nadie, este Asno se limitó a musitar un buenas tardes y desapareder rápidamente en dirección a la ducha.
Aquel señor, desconocido para el Asno, era don Fidel Dávila, que venía a Segovia para visitar a su hijo, Ignacio Dávila Jalón, que estaba de alférez cadete en la Academia de Artillería, y que hace poco falleció como Coronel retirado. Entonces era el Ministro de la Guerra, que venía a ver a su hijo "a la pata la llana".
Franco le había concedido el título de Marqués de Dávila, con Grandeza de España.
Muy poca gente sabe que el general Dávila llegó a ser durante nueve dias Jefe del Estado Español, sustituyendo a Franco, que se encontraba fuera de España en viaje a Portugal para entrevistarse con las autoridades del pais hermano.
Pues este hombre era un modelo de honradez y del sentido del deber. Siendo, como llegó a ser, un sustituto de Franco, en Madrid de recuerda que cuando fué nombrado Ministro del Ejército se movía por la ciudad en tranvía o en metro para no gastar gasolina que entonces escaseaba, y jamás utilizó el coche oficial para llevar a los niños al colegio, y dió en el Ministerio un ejemplo de austeridad verdaderamente espartana, sólo comparable a la que también dió otro general que se llamó Agustin Muñoz Grandes, que le sustituyó en su Ministerio.
Don Fidel Dávila Arrondo había nacido en Barcelona en 1878 y tuvo que intervenir en la guerra de Cuba donde le concedieron la cruz del Mérito Militar, A su regreso, ingresó en la Escuela de Guerra saliendo como Capitán de Estado Mayor en 1902, En 1929 ascendió a general de brigada y fué destinado a la VII Region Militar /Burgos). Al proclamarse la República solicitó el retiro por la Ley de Azaña y pasó a la reserva.
Al estallar el Movimiento Nacional, se adhirió a los sublevados en Burgos y se hizo cargo de la Capitanía General a sus 58 años. Pero su prestigio en el Ejército era tan grande que, desde el primer momento, fué un gran colaborador de Franco, hasta el punto que al morir el general Mola en accidente aéreo, se convirtió en Jefe del Ejército del Norte hasta el final de la guerra.
Falleció en el año 1962 en Madrid a los 84 años, y Franco se presentó en su casa mortuoria para dar el pésame a la familia.
Este Asno es testigo de la personalidad de este hombre sencillo, sabio, y honrado, a quien su prestigio jamás se le subió a la cabeza.
Debió ser el año 1950. Estaba el Asno, un sábado por la tarde, saliendo de su camareta en el pasillo de alumnos de la Academia de Segovia, medio en porretas porque iba a tomarse una ducha, cuando, sorprendentemente, vió venir hacia él a un señor mayor, vestido con un abrigo, y con el sombrero puesto. Ante aquella sorprendente "visita" de un señor "desconocido" que no le recordaba a nadie, este Asno se limitó a musitar un buenas tardes y desapareder rápidamente en dirección a la ducha.
Aquel señor, desconocido para el Asno, era don Fidel Dávila, que venía a Segovia para visitar a su hijo, Ignacio Dávila Jalón, que estaba de alférez cadete en la Academia de Artillería, y que hace poco falleció como Coronel retirado. Entonces era el Ministro de la Guerra, que venía a ver a su hijo "a la pata la llana".
Franco le había concedido el título de Marqués de Dávila, con Grandeza de España.
Muy interesante. Tanta sencillez como los próceres de nuestra memocracia
ResponderEliminarOtro ejemplo.
ResponderEliminarEstando éste que escribe destinado de teniente en el CIR de Colmenar en 1971, el día de la Jura de Bandera un coche oficial del PMM se para en la puerta de la 7ª compañía y se baja un señor con bigote y buena planta que a mí me sonaba de algo. Se me acerca y me dice que si puedo avisar a su hijo. Le pregunto quién es su hijo y me dice que se llama Fernando Herrero Algar. Cuando me voy a buscarle caigo en la cuenta de quién es ese señor: es el Fiscal General del Estado Don Fernando Herrero Tejedor. Nadie hasta ese día sabía que el padre de aquel recluta era tal autoridad del Estado. Ni el coronel del CIR.
Hoy aquel recluta es fiscal del Tribunal Supremo.
Acabo de saber por la prensa del fallecimiento de Fernando Herrero-Tejedor Algar, ese recluta en el año 1971 y al que me refiero en mi comentario.
ResponderEliminarLo siento y espero que Dios le haya acogido en su seno.