Yo no lo quito
El martes próximo la Artillería española celebrará su Santa Patrona. Dice un viejo refrán español que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Y como ahora es tiempo de truenos muy propio para que recemos a esta santa de Nicomedia, no está de menos recordar aquellas palabras de su himno artillero que dicen
"...Tú que aplacas la fiera borrasca
y del trueno el horrísono son,
en tu solio bordado de estrellas
de tus hijos escucha la voz".
Y, como estamos en Cataluña, tampoco vamos a olvidar estos "goigs" de Santa Bárbara editados por el obispado de Gerona
Por eso se nos ocurre que lo que acaba de hacer la ex-ministra de Defensa del PSOE zapaterista pidiendo disculpas por las cosas que se han hecho mal (aunque "algunas se hayan podido hacer bien", por supuesto) puede haber sido debido a la intercesión de esta santa que es la encargada de velar por los artilleros. Claro que nunca se puede poner la mano en el fuego por estas cosas; máxime por los destrozos que ha hecho esta ex-ministra en las filas del Ejército con el consenso de unos militares que se lo han permitido, e incluso le han apoyado.
Ahora que se acerca la Navidad, quizás la mejor tarjeta de felicitación que se puede enviar a nuestros soldados es ésta que hace seis años, cuando el PSOE gobernaba en España, dibujó Jesus Flores, y que refleja como nada la soledad de nuestros soldados en esta Navidad de 2012.
De todo corazón, El Alimoche envía un cariñoso recuerdo a estos hombres, y muy especialmente a nuestros cadetes de la Academia General Militar a los que se hace perder el tiempo estudiando Investigación Operativa y Administración de Empresas para que puedan enfrentarse con los que les disparan, ponen minas en la carretera o les atacan con lanzagranadas. Y obtener un título de ingeniero que jamás les van a permitir ejercer. Mientras tanto, van a clase o llegan a un examen al regresar de una marcha nocturna o de una guardia, para entrar en el aula en las peores condiciones. Esto lo sabe todo el mundo, pero nadie toma ninguna decisión para corregir esta anormalidad.
Y como se da el caso de que ninguno de nuestros Generales estudió en la Academia por el actual sistema que inauguró hace dos años la LXX Promoción de la AGM, habrá que pensar que deben estar terriblemente acomplejados por no haber podido dar la talla que ahora se exige a nuestros futuros oficiales.
Y esto no es bueno.
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