Yo no lo quito
Ahora que el gobierno socialista está tan contento por la actitud de los asesinos de ETA, que nos están perdonando la vida, uno de los asuntos que más nos han intrigado es algo que viene repitiéndose desde hace más de teinta años, y es el misterio de aquel incendio que se produjo el dia 12 de julio de 1979 en Zaragoza, en el Hotel Corona de Aragón.
Tan "misterioso" fué aquel asunto, que a estas alturas uno puede encontrarse gráficos explicativos del terrorismo etarra como el que apareció ayer en una página de La Gaceta. Véanlo:
Como puede apreciarse, se contabilizan hasta 858 muertos en todo el territorio ncional y 11 en el francés, pero se asignan nada más que 16 a la comunidad de Aragón. Esto se ha venido repitiendo año tras año, y la única explicación posible es que muchos de los actuales periodistas que se ganan el sustento escribiendo en los periódicos todavía no habian nacido. Y, para su desgracia, loego fueron instruidos en las escuelas de periodismo de las universidades esas que llamamos democráticas.
¿Qué ocurría en Zaragoza aquel 12 de julio de 1979 cuando se produjo el incendio? Pues varios acontecimientos importantes.
El primero era que en aquellos momentos se estaban desarrollando conversaciones entre el Presidente Suárez y el lehendakari Garaicoechea para aprobar el Estatuto Vasco. Lo que nos hacía pensar en aquellos momentos, cuando todavía no nos habíamos convertido en "abuelos cebolleta" que con este incendio ETA acababa de hacer una prueba de fuerza para obligar al gobierno a la aprobación del Estatuto. Además por aquellos dias corrió el rumor de que el dia anterior se habian recibido amenazas procedentes de ETA en varios hoteles de Zaragoza, en contra de lo que se ha estado repitiendo de que ETA jamás reivindicó este atentado.
El segundo era que en aquel hotel se encontraba toda la familia Franco para asistir a la entrega del despacho de Teniente de Infantería a Cristobal Martinez Bordíu, que aquel dia abandonaba la Academia General Militar fundada en Zaragoza por su abuelo. Se alojaban allí la viuda de Franco, su hija, su yerno y sus nietos.
Pero en aquel hotel no estaba solamente la familia Franco. También se alojaban muchas otras familias de militares que iban a asistir a este acto en el que sus hijos también iban a recibir su despacho de Teniente. Y que también fueron víctimas de lo que todos suponíamos, desde el primer momento, que era un atentado. Por ejemplo, el general de Artillería don Juan Vigón Sánchez perdió allí a su esposa, doña Concepción García Llorente. Aquel dia Zaragoza quedó estremecida de horror viendo como iban sacando víctimas del hotel. En honor a la verdad hay que decir también hubo gente que se alegró porque en este pais, antes llamado España, si los "hideputas" volasen, los aviones tendrian que llevar bocina.
Pero lo más sospechoso fué la actitud del gobierno Suárez que no vaciló en declarar que aquel incendio había sido fortuito antesde que hubieran transcurrido veinticuatro horas del "accidente". La culpa de todo la tenian los churros que se estaban friendo en la cocina del hotel para servir los desayunos. No se había tenido tiempo para designar a unos peritos que analizasen los hechos, y ya se cononocía la verdad de lo ocurrido. Grave error del presidente Suárez. Y rápidamente, los periodistas de carril, que eran muchos, por cierto, asumieron aquella "verdad".
Casi treinta años después de aquel suceso, el Tribunal Supremo ha asumido que el incendio del hotel Corona de Aragón fué un atentado. Ha sido la Sala sexta de lo Contencioso-Administrativo que dió por válida en una sentencia el informe pericial que afirmaba que el incendio se produjo por "al menos tres personas organizadas y adiestradas".
Con ello daba la razón a Juan Ramón Vigón, hijo del general Vigón, y ordenaba al Gobierno que le concediera la Gran Cruz de la Orden de Reconocimiento Civil a las víctimas del terrorismo y a su madre, fallecida en aquel incendio.
Por otra parte, la Justicia no obligó al hotel a pagar indemnizaciones a las víctimas porque le eximió de responsabilidald alguna. O sea, que estaba claro que no había sido un accidente fortuito producido por culpa del hotel.
Pues a ver si arreglamos este asunto de una vez.
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