lunes, 7 de mayo de 2012

François Hollande y Mariano Rajoy

Yo no lo quito


Nuestros vecinos han decidido que Nicolás Sarkozy tenía que marcharse, y lo han conseguido. Creen que la victoria socialista servirá para que Angela Merkel pierda poder en Europa. Porque Europa, en estos momento se llama Angela Merkel. Si, aquel a quien Góngora llamaba: "...el mentido robador de Europa, que en campo de zafiro pace estrellas" se hubiera podido dar cuenta de que aquella frágil princesita de Tiro había engordado y hoy pesa en Europa más que nadie, a lo mejor no se habría atrevido a raptarla.


Y todo es porque piensan que para ellos se van a rebajar los  famosos recortes. Pero el mismo Hollande se ha atrevido a decir  tras ganar las elecciones que: "la austeridad no puede ser una fatalidad para Europa". o que, dicho en otros términos, quiere decir que nadie espere unas gangas que no les puede proporcionar.

Y es que los franceses están demasiado obsesionados con la imagen de "madame la Rèpublique", que es una señora que se manifiesta como la imagen de una madre ubérrima que siempre aparece con las domingas al aire, madre nutricia de los franceses. Vean si no, esta imagen obtenida en Burdeos hace unos dias en la que esta señora aparece con un gorro frigio en la cabeza que nadie sabe de donde habrá salido, llevando en la diestra una bandera francesa.


Y eso hay que agradecérselo, porque para celebrar la victoria socialista de Hollande, sus "fans" se han presentado en la Plaza de la Bastilla enarbolando la bandera del Imperio Otomano, como puede verse en esta foto de hace unas horas.


Lo que le ocurre al recién nombrado Presidente es que la austeridad por sí misma no sirve para resolver los problemas, aunque pueda ayudar a un cierto aumento del nivel económico. Y para mantener el estado del bienestar, Holland puede subir los impuestos, aunque ello podría poner en peligro el crecimiento. Entonces no le queda más remedio que combinar las dos tendencias, lo que tampoco es cosa fácil porque si intenta racionalizar el gasto público los socialistas se le van a echar encima llamándole mentiroso, que es lo que le está pasando a Rajoy, que está a caballo entre las dos tendencias. En cualquier caso, Holland puede verse maniatado por los mismos que le han votado, como le ha ocurrido a Zapatero. La diferencia es que Holland nunca hubiera dicho que "la tierra pertenece al viento", porque todavía hay clases, y a nosotros nos tocó la peor, y lo estamos pagando ahora.

Porque para darse cuenta de la actual situación de España puede darnos una idea el estudio que han elaborado los asesores de Presidencia, y  que el diario malagueño El Aguijón ha presentado a sus lectores en los que se dice, entre otras cosas, que en España tenemos 445.568 políticos trabajando en todos los niveles de la Administrac, y en empresas públicas,fundaciones, entes, agencias, direcciones, etc. Y que tenemos el doble del porcentaje de políticos por habitante que Italia, que se mantiene a niveles muy semejantes a los de Francia, pais éste que se ha caracterizado siempre por su fuerte estrutura política. Que en España tenemos 200.000 políticos que son empleados públicos, más que Alemania con una población que es el doble de la española.

Este estudio desvela que la mayoría de politicos colocados en la Administración se produce a través de organizaciones dependientes de las comunidades autónomas. Sobre todo, bajo el término de "asesoría". Y en muchas ocasiones hay "asesores que asesoran a otros asesores"

En cuanto a los sindicatos, en España contamos con 651.230 delegados sindicales. Las patronales cuentan con 31.210 personas empleadas con responsabilidad en la direccioin política de sus organizaciones. y que éstas reciben fondos del Estado, de las Comunidades Autónomas y de los Ayuntamientos.

Y como no queremos marear a nuestros lectores, cerramos este capítulo que nos pone al corriente del problema quizás más gordo que tiene Mariano Rajoy y que también tiene Hollande en cuanto a la reforma de la Administración.

Así se comprende que no tengamos dinero ni para pagar los intereses de nuestra escandalosa deuda.



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