viernes, 11 de julio de 2014

Los cañones de don Tomás

Yo no lo quito

Una de las sorpresas que nos ha proporcionado la elaboración de este Alimoche, es el interés que ha despertado el número que dedicamos a la memoria del coronel Don Tomás Sanz , excelente persona y bravo artillero, que se las tuvo tiesas con los cañones de  la escuadra del almirante George Dewey poco antes de la rendición de Manila. Y ello nos da pié para recordar algunas cosas poco conocidas por los lectores españoles. Este almirante estadounidense había sido nombrado  Jefe de la Flota de Asia pocas semanas antes de su intervención en Manila, lo que puede dar la idea del propósito del gobierno americano de apoderarse de las islas  Filipinas tras su intervención en Cuba.

George Dewey

Dewey cumplió las órdenes que había recibido destruyendo en Manila a la escuadra de Montojo, tras lo cual se dedicó a apoyar a las tropas del VIII Cuerpo de Ejército que mandaba el general Merritt.

Wesley Merritt

Y ese apoyo consistió en machacar el fuerte de San Antonio Abad donde se encontraba la batería de don Tomás Sanz, que estaba obstaculizando el avance de las tropas que estaban sitiando Manila. Y desde este fuerte el bravo don Tomás se enfrentó, con sus cuatro cañones de campaña a los seis buques de guerra de la escuadra de Dewey. El resultado fué el que puede verse en esta imagen



con los voluntarios de Colorado, pertenecientes a la Brigada de Greene que son los que aparecen en esta foto. Por cierto que tras la rendición de Manila, los artilleros españoles se trasladaron a  la capital filipina, pero sin arriar la bandera. Y como Dewey pudo observar este detalle, tuvo que enviar a un teniente para que arriara la bandera española y colocase en su lugar una bandera de los EEUU que sacaron del Olympia, que era su buque insignia. De ello se encargaron unos voluntarios del 2º de Oregón, que aparecen en esta foto arriando la bandera española



Aunque los españoles estaban en guerra con los filipinos, la rendición se hizo con los estadounidenses, que habían ido allí a "ayudar" a los tagalos de Aguinaldo que también estaban sitiando Manila. Y ello debió hacerse para proteger a los civiles españoles de posibles desafueros.

La pérdida de las Filipinas, que habían sido españolas desde que las ocupara Legazpi, dió lugar a novelas y hasta a una película en las que se narra la actitud de los defensores de Baler, a los que no entraba en la cabeza que los españoles se  hubieran podido rendir. Pero lo que no se suele contar es que si Manila se había rendido en 1898 y la guerra con los EEUU "oficialmente" no terminó hasta 1902, a partir de entonces empezó la guerra filipino-americana, que se prolongó hasta 1917. Quince años durante los cuales Emilio Aguinaldo estuvo enfrentado a los estadounidenses y que costó al ejército americano 4.200 muertos, muchos de ellos por enfermedades, y 2.800 heridos. De esta segunda guerra da testimonio esta foto


 Y, un detalle curioso, en esta segunda guerra, los soldados tagalos vestían los uniformes de rayadillo con sombreros de paja que habían encontrado en los depósitos españoles, y con ellos se enfrentaban a los americanos.


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