Yo no lo quito
1,- Misioneros.
Si ayer hablábamos de mujeres. hoy vamos a hablar de sacerdotes, porque a nosotros nos interesa mucho este tema, ya que vivimos en esta curiosa parte de España cuya toponimia ofrece más santos y santas que cualquier otra región española. En alguna ocasión hemos hablado de los cambios que se introdujeron en la toponimia catalana durante la guerra civil en unos años en que se asesinó a muchos sacerdotes, monjas y frailes de las distintas parroquias y conventos catalanes, que eran muchos.
Pero como ocurre que el número de lectores está aumentando de una forma que este Asno nunca pensó que podría suceder, ofrecemos a nuestros lectores más modernos esta lista que, por supuesto no se refiere a todos los cambios de nombre de los pueblos, sino a unos cuantos más conocidos. La lista es ésta:
Nosotros animamos a quienes sueñan con volver a aquellos felices tiempos que recuperen la toponimia de nuestros pueblos en recuerdo de la memoria histórica y en añoranza de aquellos años gloriosos.
Además, en relativamente pocos años, Cataluña se ha convertido en tierra de misión porque la rebeldía de una gran parte del clero no acepta la catolicidad de la Iglesia, y ha conseguido vaciar las iglesias hasta el punto de que algunas de las reconstruidas en la postguerra, que fueron casi todas, podrían desaparecer y nadie se daría cuenta.
Para no desanimar a nuestros lectores, también les podemos informar que empiezan a aparecer en nuestras parroquias sacerdotes jóvenes, humildes servidores de Dios, que están realizando una misión verdaderamente notable, y lo único que podemos decir es que, aunque son pocos, su cosecha está aumentando. Y, además, aunque son catalanes, se van a seminarios como el de Toledo y regresan hechos unos verdaderos ejemplares para el futuro de esta región. Y muchos inmigrantes castellanoparlantes, que habian dejado de asistir a los actos de la parroquia cuando solo se oficiaban en catalán, ahora han regresado a la parroquia porque tienen misas en castellano y en catalán. Y este Asno conoce a algunos castellanoparlantes que asisten también a las misas en catalán porque saben que el oficiante también les podrá atender en castellano, si lo desean. Digamos, que se han "reconciliado" con la iglesia catalana cuando esta iglesia es católica de verdad.
Todo esto viene a cuento de que hoy aparece la noticia de que hay cerca de 13.000 misioneros españoles repartidos por el mundo. Estos podrian ser 969 misioneros en Perú, 968 en Venezuela,666 en Argentina si nos referimos al continente americano.
En Africa, en la R.D. del Congo hay 169, en Guinea Ecuatorial,130, en Mozambique 125 y en Camerún 121. En Asia son 156 en Japón, 119 en Filipinas, 116 en la India
En la Europa Oriental tenemos 19 misioneros en Rusia, 11 en Ucrania,y 10 en Rumanía; En Oceanía el mayor número es en Australia con 19, y en Nueva Guinea con 3.
A estos hay que añadir los misioneros españoles en paises donde la iglesia cristiana es perseguida; en la India 116 misioneros, en Kenia 33, en Argelia 29, en China 26, en Corea del Norte 19, en Indonesia 17 y en Egipto 15,
2.-Beatificados.
Por su interés, reproducimos aquí un artículo del conocido periodista José García Dominguez. que lleva por título:
" 522 mártires y ningún verdugo.
¿Pero qué o quien les provocó la muerte? ¿Ocurrió tal vez a causa de una infección alimentaria? ¿Otra mayonesa en mal estado? ¿Quizás por la ingestión masiva de alguna partida de yogures caducados? Imposible saberlo. Ninguna inormación, ni oficiosa ni oficial, ofrece pista alguna sobre el particular. Simplemente, murieron. Eso es todo Al parecer la Ley de la Memoria Selectiva proscribe que se aireen tan desagradables detalles accesorios bajo severas penas de excomunión laica. De ahí que lo único que sepamos a ciencia cierta sobre los 522 beatificados este domingo en Tarragona es que "murieron por su fé, no por politica", según la disposición de los organizadores resaltada con gran alarde tipográfico en La Vanguardia. Y es que el hecho de asesinar a 522 católicos por razón de su credo nada tuvo que ver, dicen, con las ideas políticas de los verdugos. Vaya usted a saber, matar a los creyentes en la Guerra Civil acaso fuera una actividad exclusivamente deportiva. Una práctica cinegética en absoluto relacionada con los publicistas de la religión como opio del pueblo, ni mucho menos con los desharrapados comecuras de la FAI que impondrian su ley en iglesias y conventos a partir de julio del 36.
Eso mismo deben de pensar, por cierto, los católicos presuntos de Iglesia Plural, que airados ante lo que quizás entiendan un agravio a Marcos Ana, Cojo de Málaga y la Brigada del Amanecer, exigen a la jerarquía que "tenga en cuenta a los asesinados de los dos bandos". Habrá que iniciar, pues, el urgente proceso de santificación de Buenaventura Durruti en Roma a fin de aplacar la ira de los que se dicen cristianos de base. Por lo demás, comprender la exquisita amnesia del establishment católico catalán, su estruendoso silencio corporativo de estos dias, impone que nos remontemos a medisdos del siglo pasado. En concreto, a algo que sucedió cierta mañana de 1955 en la abadía Montserrat. Fué entonces cuando un devoto ingeniero de almas fundó una organización místico-política que se haría llamar Crist i Catalunya. El piadoso ingeniero de almas respondía al nombre de Jordi Pujol, y en aquellos momentos presidía la Cofradía de la Madre de Dios del Colegio Virtèlia. El centro escolar catalanista en el que, ya bajo su batuta, se forjaban, entre otras futuras glorias domésticas, los alumnos Pasqual Maragall, Federico Mayor Zaragoza, Josep Maria Trias de Bes o el gran filósofo regional Xavier Rubert de Ventós.
Allí, entre los muros de Montserrat, es donde se empezó a escribir el programa de esa realidad virtual que ahora llamamos Matrix. Porque aquella mañana se gestó la primera de las grandes mentiras que hoy presiden el imaginario colectivo catalán. A saber, que jamás hubo aquí una guerra civil, sino que, por el contrario, la de 1936 fué una contienda entre la europea, culta, armónica y civilizada Cataluña y la primitiva, salvaje, africana y gárrula España. Una disputa en la que todos los catalanes eran de los buenos, y todos los castellanos de los malos. La gran mentira llamada a formar parte de la grandísima mentira canónica en que iban a convertir la historia oficial de Cataluña. He ahí, sin ir más lejos, el contenido del simposio "España contra Cataluña: una mirada histórica (1714-2014)", organizado por el Centro de Historia Contemporánea de Cataluña, órgano administrativo dependiente de la Presidencia de la Generalidad. Y en cuyo programa puede leerse:
Los diversos ponentes analizarán las condiciones de opresión nacional que ha padecido el pueblo catalán a lo largo de estos siglos, los cuales no han impedido su pleno desarrollo político, social, cultural, y económico.
Está claro, entonces, que a los 522 beatos no los mató ni el yogur ni la mayonesa. Fué España.
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