miércoles, 27 de enero de 2010

El Toisón de Oro

Una de las noticias más curiosas de estos dias ha sido la concesión del Toisón de Oro por su actual Gran Maestre de la Orden, el Rey de España, al socialista Javier Solana.






Si, no les estoy contando un chiste. Me estoy refiriendo a Don Javier Solana Madariaga; aquel que desfilaba al frente de las manifestaciones anti OTAN, y que durante la transición andaba por las calles de Madrid montado en una moto y con la bragueta desabrochada.











La noticia nos ha dejado de piedra. Por muchas razones, pero una de ellas es que al Duque de Wellington, cuando se acabó la Guerra de Independencia, la Junta Regente de España le concedió en nombre de Fernando VII, todavía en el exilio, esta distinción. Pero como era protestante, el Rey tuvo que pedirle al Papa PioVI que autorizase esta concesión. No sabemos nada sobre ésta , pero la verdad es que nos importa un bledo y que esta Orden haya dejado ya de otorgarse en defensa de la Religión Católica.







Retrato del Duque de Wellington pintado por Goya
con el Toison de Oro



La Orden del Toisón de Oro la creó en 1429 Felipe III de Borgoña, Conde de Flandes y Duque de Borgoña, que ha pasado a la Historia, sin muchas razones que los justifiquen, con el sobrenombre de "el Bueno". Si, "Philippe le Bon". Porque éste fué el que vendió a los ingleses a Santa Juana de Arco, que murió en la hoguera. Pero la Historia tiene estas cosas; porque también a Fernando VII se le llamó "el Deseado".






Felipe "el Bueno"





El bueno de Felipe, además de tener sucesivamente tres mujeres legítimas, también era dado a conceder sus favores a otras hermosas doncellas; y una de ellas tenía una bonita cabellera rubia en recuerdo de la cual el Duque de Borgoña creó esta Orden del Vellocino de Oro. Aunque la creó al casarse con la pricesa Isabel de Portugal, que fué madre de Carlos el Temerario.







Tan sabido era esto, que cuando el Emperador Carlos I quiso nombrar Caballero del Toisón de Oro al quinto Conde de Benavente éste se negó, indignado, a aceptarlo porque aquello era "cosa de puterío". ¡Menudo era el Conde de Benavente D. Alonso de Pimentel...! Porque éste fué aquel en cuyo honor el Duque de Rivas escribió el poema "Un castellano leal", que aceptó la orden del Emperador Carlos de alojar en su casa al Condestable Carlos de Borbón, pero le prendió fuego más tarde para "purificarla" porque había sido traidor a su rey por haber combatido contra el rey de Francia con las tropas españolas. Por cierto, que luego moriría en el Saco de Roma por un disparo que la tradición atribuye a Benvenuto Cellini.



Y por hoy ya basta de comentarios porque la gente dirá que estoy pareciéndome al periodista Peñafiel. Y esto no me hace gracia.


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