domingo, 31 de enero de 2010

La "Juana de Arco" cubana.


En el negocio de organizar una guerra entre los Estados Unidos y España competían tanto Hearst como Pulitzer, que era un húngaro emigrado a América y dedicado al negocio de la prensa. Por supuesto, al servicio del "destino manifiesto".
Así, en la prensa amarilla que dirigían se podian leer cosas como estas del JOURNAL; "spanish troops have resumed the inhuman practice of beating cuban prisoners to death". O sea, que los soldados españoles apaleaban hasta la muerte a los presos cubanos.
O esta otra: "...the daily practice of the spanish jailers to take daily several prisoniers from the forts and prisons and shot them" (...la costumbre diaria de los carceleros de sacar varios prisioneros de las cárceles para fusilarlos), cuando no era explicar a sus lectores "...how the spaniards drowned their prisoners at night", para alimentar a los tiburones.
De este modo se preparaba a la opinión pública para asegurarse su adhesión cuando llegase el momento de asestar a España el golpe definitivo que la expulsase del Continente, lo cual tenía que ocurrir varios años más tarde.

El General Weyler
Por entonces el General Martinez Campos fué relevado del mando de la isla por negarse a ejercer una acción "enérgica" que le exigía el gobierno, y fué sustituido por D. Valeriano Weyler. Esto no quiere decir que Martinez Campos fuera un pusilánime, pero su política coincidió con una época de "pan y palo" generosa aunque no exenta de energía cuando era preciso. Lo que en realidad había ocurrido fué que se había enfrentado con los ricos hacendados de la isla que, en unos momentos en que el rebelde Maceo presionaba, le exigían medidas de terror que él se negó a ejecutar. La llegada de Weyler a la isla fué saludada por el JOURNAL con estas frases:


"Weyler, the brute, the devastator of haciendas, the destroyer of families and the outrager of women...There is nothing to prevent his carnal, animal brain from running riot with itself in inventing tortures and infamies of bloody debauchery..."


Lo que traducimos diciendo que: "Weyler, el brutal, el devastador de haciendas, el destructor de familias y el ofensor de mujeres...No había nada para impedir que su cerebro animal y carnal se desprestigiase a sí mismo inventando torturas e infamias de sangriento libertinaje."

No perdamos de vista que estas cosas se publicaban en la prensa de los Estados Unidos en unos momentos en que las relaciones diplomáticas con España eran "normales", y que el hundimiento del acorazado Maine en la bahia de La Habana y la declaración de guerra se iban a producir tres años más tarde.

Y ahora, la historia de la Juana de Arco cubana amañada, por supuesto, por el JOURNAL de W.R.Hearst, y que llegó a dar lugar a que se formase un batallón de mujeres para ir a combatir a Cuba un año más tarde. Batallón que, por supuesto, no intervino.

Evangelina Cossio y Cisneros era una bonita muchacha de 18 años, hija de un revolucionario de Camagüey que había sido sentenciado a muerte por haber organizado una partida rebelde.

Pero Weyler, el "asesino brutal" le había conmutado la pena y se le condenó a cadena perpetua en el penal de Ceuta. No obstante, su hija Evangelina solicitó, y consiguió, que su padre, en vez de ir a Ceuta, fuese internado en la Isla de los Pinos y, además, que para atenderle su hija se fuera a vivir cerca de él. Esto es lo que hizo el "carnicero" Weyler.
Pero como el demonio cuando no tiene otras cosas que hacer mata moscas con el rabo, convenció a Evangelina para que idease un plan para conseguir que su padre se escapase de la prisión. Y la primera cosa que se le ocurrió fué atraer con sus encantos al Coronel Berriz que mandaba las tropas de guarnición en la isla.
El Coronel debía ser joven y apuesto porque en aquellos años era fácil encontrarse con generales de 40 años salidos de las innumerables guerras de Espàña en al Siglo XIX, sobre todo en Infantería, donde los ascensos se prodigaban con más generosidad que en años posteriores. No sabemos las esperanzas que tendría el gallardo Coronel cuando, al entrar en las habitaciones de Evangelina fué golpeado y atado.

Suponemos que algo debía sospechar el galante Coronel, porque al poco rato se presentó en aquel lugar un pelotón de soldados con sus buenos "mauser", que, rápidamente, liberaron a su Jefe, quizás mataron a algún rebelde y apresaron a Evangelina que, sin dilación, fue enviada a La Habana a la prisión de las "arrepentidas", y en este punto empezó la versión del JOURNAL
El tema se prestaba a un reportaje sensacionalista que ya hubiera querido para ella la hoy más famosa Belén Esteban porque iba a ser capaz de ablandar el corazón más duro de las mujeres de Nueva York. Se hizo pasar a Evangelina como a una especie de Maria Goretti, y el dia 17 de Agosto de 1897 el JOURNAL decía:

"ENLIST WOMEN OF AMERICA. The unspeakable fate to which Weyler has doomed an innocent girl whose only crime is that she has defended her honor against a beast in uniform, has sent a shudder of horror through the american people".


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