domingo, 10 de enero de 2010

Un general despistado

Este es el título de un escrito que firma Edurne Uriarte. Me lo han enviado a casa hace unas horas, y lo pongo aquí para que se enteren nuestros lectores. Incluyo también la foto de este general que parece que no se ha afeitado en tres semanas, lo que produce una sensación de abandono impropia de un soldado. Y es que, puestos a lucir barba, al menos que la lleven como Cabanellas, pero no esa cutricie de barba. Y si creen que no tengo razón, aquí está la foto.



Y, ya metidos en harina, el artículo de esa guapa profesora a quien los etarras pusieron una bomba en un ascensor de la Universidad vasca, dice lo siguiente:

" El JEMAD, General Julio Rodriguez, ya nos sorprendió hace cuatro meses con su despiste sobre la guerra de Afganistán en una entrevista en la "Cuatro". Entonces, el jefe de la cúpula militar no supo precisar si nuestros soldados estaban o no estaban en guerra en Afganistán.

Que volviera a exhibir su mayúsculo despiste precisamente ayer, el dia de la Pascua Militar, en una entrevista en "El Pais", es doblemente significativo. Porque el general aún no sabe, no contesta, si aquello es o no es una misión de guerra, lo que sitúa a nuestro JEMAD al nivel de un jefe de la cúpula policial incompetente para determinar lo que es o no es terrorismo, o de un médico incapaz de distinguir la salud de la enfermedad o de un meteorólogo una brisa de una tormenta.

Y no se me ocurre otra forma menos deseable de "afrontar amenazas complejas e inciertas" o de "potenciar la conciencia y la cultura de seguridad y defensa de nuestra sociedad", como pidió ayer el Rey, que con generales incapaces de definir la guerra. O con generales que no quieren reconocer la guerra, que es de lo que se trata. "No voy a entrar en ese debate", le dijo al periodista, como si la guerra fuera una cuestión de debate para un militar. Lo es para los políticos, no para los militares. Lo es para Zapatero, lo es para Chacón, que han hecho de la condena a las guerras del Gobierno de Aznar y de la negación de las guerras propias el eje de su discurso en defensa.

De ahí que el problema de nuestro JEMAD sea la asunción de un discurso claramente partidista cuando se resiste a reconocer esta misión de guerra. De la misma forma que entra en el discurso político cuando manifiesta, en la misma entrevista, su deseo de irse cuanto antes de Afganistán.

O los militares pueden hacer discursos políticos o no pueden hacerlos. La regla debería ser la misma para todos, también para quienes hacen discursos políticos prosocialistas.

Edurne Uriarte "

1 comentario:

  1. Con los tiempos que corren le ascienden a uno a general y le hacen una putada (con perdón)... porque cuando asciende, es que "algo habrá hecho", aunque sea injusto el comentario en muchos casos. Es lo que se deriva de servir a señores tan cutres.

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