Cogitaciones

Yo no lo quito

Viajar en business.

Que es lo mismo que viajar en primera, pero así suena como más internacional. El caso es que a uno le tiene sin cuidado que nuestros representantes en el Parlamento Europeo viajen en clase turista o en primera. Incluso si, por su categoría de VIP, les ponen en cada aeropuerto un trompeta para que les toque la Marcha de Infantes mientras descienden del avión. O "el pájaro", como decian algunos turutas, cuando se aproximaba el General: "Toco el pájaro, mi coronel?", "Si, eso, eso, toca el pájaro". Y empezaba a sonar la trompeta.

Este currante, que se acuerda de aquellos aviones Bristol que tenía Iberia en la linea Barcelona-Madrid cuando te daban unos taponcitos para colocarte en los oidos, o un caramelito, cuando los aviones no estaban presurizados, unos cuantos años más tarde en una ocasión tuvo que viajar en primera, y eso debió ocurrir por necesidades de la linea aérea, porque jamás se le hubiera ocurrido viajar en clase "business". La experiencia puede decirse que fué satisfactoria porque disponía de más espacio para rebullirse en su asiento, y estaba acostumbrado a sentarse junto a una de las puertas de escape para poder estirar las piernas.

Pero no es por eso por lo que estamos hablando de los viajes en avión, sino porque en esta ocasión, cuando a todos los españoles, y muy especialmente a los abuelos, entre los que me incluyo, se nos están exigiendo toda clase de sacrificios; sobre todo cuando a nuestros descendientes les rebajan el sueldo en momentos críticos para que no falte nada a la educación de sus hijos, tenemos que sacrificar nuestra congelada pensión para echarles una manita.

Así lo confirmaba uno que decía que sin las ayudas de los abuelos a estas horas ya habríamos empezado a tiros. Bueno, de los abuelos y de Caritas.

Una ocasión perdida para demostrar que son solidarios y que están dispuestos a compartir con nosotros los destrozos que nos han hecho sus copartícipes en la gobernación de este desgraciado pais.

Pero cada cual es cada cual.