La tarde de aquel mismo día se había convocado por Estat Catalá un mitin en el Price en el que uno de los oradores afirmó sin tapujos:"...Los hombres de Estat Catalá están dispuestos a luchar con quien sea y contra el que haga falta para poder restablecer un orden revolucionario que acabe con los hechos esporádicos que se están realizando en Cataluña..."
Entre el público asistente estaba, más o menos camuflado, un conocido dirigente de la Lliga de Cambó el cual, terminado el acto, se presentó a los miembros del Comité Central de EC, preguntando si era cierta aquella afirmación que se acababa de hacer en público, asegurando que su partido estaría dispuesto a aceptar la revoluición siempre y cuando ésta fuera "ordenada" y, si ello era posible, qué había que hacer y cómo se podría llegar a un acuerdo mutuo.
Se preparaba una reacción contra el dominio anarquista en Cataluña. Dominio en cierta medida apoyado por Companys. De otro modo no hubiera ocurrido lo que estamos relatando. Y es que muchos militantes de la Lliga Catalana, (burguesía barcelonesa), que eran gente también de formación católica, habían sido asesinados por las patrullas anarquistas, y quizás también por otros.
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