Porque cuando hablamos de piratas todos piensan en los que vemos en las películas o leemos en los libros de aventuras. Nosotros vamos a hablar ahora de los piratas que durante siglos han saqueado las costas españolas y la navegación por el Meditrráneo. Pero no se crea que sólo los españoles la hemos sufrido porque también la sufrieron, Italia, Francia y...no se asusten, por favor, hasta los Estados Unidos de América.
De todo este pirateo dan fé la cantidad de torres de defensa que llenan las costas mediterráneas y en Cataluña esa duplicidad de pueblos que se denominan "de mar" y "de munt" que servian de refugio a los "de mar" cuanto atacaban los berberiscos, que no eran más que las avanzadillas del Imperio Otomano, que era el que dominaba el Islam. Berberiscos que tenian en Argel una de sus bases principales. Una de las cuales tuvo que visitar el ilustre escritor catalán Miquel Servent, por aquel entonces soldado del Tercio de D. Lope de Figueroa.
Nos referimos exclusivamente a los piratas del Islam que, pobrecitos, han sido víctimas siempre de la explotación occidental. No vamos a hablar de los piratas que tenemos en el interior, pero sí adelantamos la noticia de que en Cataluña, si este año no nos prohiben instalar el "pesebre", tendremos un nuevo "caganer" que representa a Felix Millet
Pues, volviendo al tema de hoy, durante siglos las flotas mercantes cristianas fueron objeto del acoso musulmán, y en aquellos tiempos se decía que la carne de cristiano era más barata que la cebolla, porque era abundantísima en los mercados del Moghreb. De esto saben mucho los menorquines que el año 1558 (trece antes de la batalla de Lepanto) fué llamado "s´any de sa desgracia", cuando miles de musulmanes saquearon Menorca.
Mas tarde los berberiscos se modernizaron ofreciendo un trato a las potencias occidentales: pagar un tributo por los buques ue surcaban el Mediterráneo Occidental, o tener que habérselas con la piratería mora, es decir, robo y esclavitud. Algo parecido a lo que ahora hace la SGAE.
En 1797, una nación jovencísima, los Estados Unidos de América se avinieron a pagar 10 millones de dólares por este concepto. Pero un embajador en Francia que se llamaba Tomás Jefferson, y que conocía este problema intentó una alianza occidental para acabar con la piratería en el Mediterráneo. Esta coalición nunca llegó a formarse, y los ataques piratas continuaron.
En el año 1801 el Pashá de Tripoli fué depuesto. El sucesor decidió aumentar la tarifa a los navegantes, y Jefferson, que era ya Presidente, decidió no pagar el impuesto. Motivo por el que Trípoli declaró la guerra a los Estados Unidos de América.
No se rian, por favor. Los Estados Unidos de aquella época eran una franja de tierra en la costa atlántica, y una bandera con 15 barras y sólo 15 estrellas. Nada parecido a lo que es ahora.
El caso es que durante cuatro años la ciudad de Trípoli estuvo bloqueada por una flotilla americana a la que se sumaron algunas naves del Reino de las Dos Sicilias Allí estuvo un famoso americano que se llamaba Richard Dale, que había luchado con John Paul Jones (no el conocido cantante, por supuesto) el excelente marino a quien se considera como creador de la "Navy", que había sido disuelta tras la Guerra de la Independencia. En esta guerra se hizo famosa la incursión del marino americano Decatur, que penetró a bordo del Intrepid en el puerto de Tripoli para incendiar la fragata Philadelphia que los berberiscos habían apresado y que estaba en servicio enarbolando la bandera de los piratas. Para limpiar esta deshonra, Stephen Decatur se jugó la vida.
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