La primera acción destacada de estos grupos independentistas saharauis se produjo el dia 22 de marzo de 1975, cuando un comando lanzó granadas de mano por encima de los muros de cierre del cuartel de la Policía Territorial en El Aaiun cuando se estaba pasando lista de retreta en el patio. Hubo 36 policias heridos, nueve de los cuales tuvieron que ser hospitalizados.
Otras acciones de menor cuantía hubo anteriormente con la guerrilla del Polisario. El 11 de marzo se produjo el secuestro del industrial canario Antonio Martín cuya flota de camiones había contribuido a paliar los efectos del sabotaje a la cinta transportadora de la mina de fosfatos de Bu Craa. Estuvo siete meses de cautiverio.
El dia 10 de mayo la guerrilla capturó a dos patrullas del Grupo de Smara, tras causar la muerte del soldado Angel del Moral y herir a otros dos. La guerrilla, además de apoderarse del material de ambas patrullas, hizo 15 prisioneros entre los cuales había cuatro Tenientes de Infantería y un Sargento, a los que condujeron a Tinduf, en territorio argelino. Evidentemente, estas acciones no habrian sido posibles sin la cooperación de elementoos de las propias Tropasm Nómadas que traicionaron a sus jefes europeos.
Las tropas españolas se encontraban entre dos fuegos. Por una parte el apoyo a la guerrilla saharaui por parte de la población, y por otra la presión marroquí, muchos de cuyos oficiales ayudaban a las patrullas saharauis.
El dia 14 de mayo de 1975 se presentó en El Asiun una comisión visitadora de la ONU, formada por el embajador de Costa de Marfil en las Naciones Unidas Simeón Aké y dos diplomáticos, la cubana Marta Jiménez y el iraní Manuther Pichsva. La comisión fué recibida por la población saharaui con banderas del Polisario, y vivas a la organización guerrillera. Uno de los Jefes de Estado Mayor, que se encontraba allí, explicaba:
"Las fuerzas militares de El Aaiun no salían de su asombro. Sus caras traslucían perpejidad y sorpresa. Nadie podía entender como una población con la que -a pesar del Polisario- se convivía amistosa y cordialmente todavía, se hubiera vuelto de repente tan nacionalista, tan revolucionaria y sobre todo tan inamistosa contra España. Los gritos unánimes de "¡Fuera España!" que salian de las gargantas de las mujeres y de los niños saharauis fueron todo un símbolo.
El Ejército supo estar en su sitio. En ningún momento, a pesar de la presión de algunos sectores no profesionales que presionaban- tal vez atemorizados- para que cortara tajantemente aquella manifestación, tuvo intención alguna de intervenir contra la muchedumbre, que estaba compuesta principalmente por mujeres y niños. De haberlo hecho, hoy estaríamos condenados por haber cometido delito contra la Humanidad, contra los Derechos Humanos, un genocidio que nadie de la esfera militar estaba dispuesto a cometer.
Sin embargo, los que formaban parte el ejército desplegado en El Aaiun ante la amenaza de una invasión marroquí, sufriendo muchos de ellos mil dificultades de alojamiento, separaciones familiares, etc. se preguntaban con tristeza y cierta desolación en el rostro. ¿Tenemos que defender a este pueblo, e incluso morir por él, si fuera preciso, cuando nos están insultando, echando, llamándonos fascistas y hasta gritando algunos ¡Viva ETA!?"
Mientras esto ocurría. los soldados españoles estaban tratando de impedir, y de hecho impidieron, ataques de patrullas marroquíes que llegaban incluso a El Aaiun. Los marroquíes ayudaron a la saharauis a echar a los españoles. Luego hemos visto lo que ha sucedido tras la marcha verde organizada por Hassan II. Pero, como diria Kipling, "Esa es otra historia".
Quede bien claro que aquí no se ha traicionado a nadie ni se está en deuda con nadie. Pero cualquiera le explica esto al rojerío español. Es inútil intentarlo.
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