viernes, 23 de diciembre de 2011

Cambios

Yo no lo quito

1-. Una "actuacion ejemplar".


Han causado cierta sorpresa las declaraciones del recién nombrado ministro de Interior en las que ha insinuado que el departamento dirigido por el anterior ministro Alfredo Pérez Rubalcaba, y el subsecretario Antonio Camacho no ha burlado el Estado de Derecho a lo largo de sus años de mandato.

Sorpresa porque está refiriéndose a quien el 13 de marzo de 2004 burló la norma del dia de reflexión afirmando que España no se merece un gobierno que mienta, y que ha estado obstaculizando todo lo que ha podido las gestiones encaminadas a esclarecer el todavía no aclarado asunto de la matanza del aquel nefasto 11 de marzo.

No se puede confundir eso de "guardar las formas", que siempre es conveniente, con un elogio totalmente disparatado hacia un individuo que ha estado siendo vapuleado en el Congreso de los Diputados, precisamente desde los escaños del Partido Popular, que es el que le ha nombrado ministro.. Esto, al menos, es una incoherencia, si no es algo peor.

Y, como se comenta su devoción a Santa Teresa, le recordaremos que no estamos dispuestos a que su mandato sea "una mala noche en una mala posada".


2.-Una buena noticia.

Ha causado satisfacción, sobre todo en el estamento militar, la noticia de que la vicepresidenta  Soraya Saenz  de Santamaría asuma la  dirección del CNI, o sea, del servicio de espionaje militar. Y con ello se valore más que hasta ahora a la mujer-espía. En España tenemos casos impresionantes como el de aquella muchacha ceutí que se llamaba Africa de las Heras y que, afiliada en España al Partido Comunista, terminó siendo Coronel de la GPU soviética, y recibiendo un entierro especial en Moscú.

Es esta foto aparece la joven espía cuando empezaba a trabajar

         Africa en su juventud

En esta foto, ya retirada, y condecorada


Enterrada en Moscú en 1988 con esta lápìda en honor de la polkovnik (coronel) Afrika de las Eras, cuyo nombre de guerra era "patria".


Al terminar la segunda Guerra Mundial las mujeres espías empezaron a perder categoría debido a la aparición de  aquellas máquinas de la verdad, polígrafos, o como se llamen, que desataron una ruda competencia con las espias, que aparecieron en la Historia desde hace miles de años. Lo cual produjo un enorme malestar en la familia militar.

Porque el soldado llevaba una vida muy dura y con escasa remuneración, viviendo sin otra protección que la intemperie - y a veces ni siquera tenía intemperie - y la presencia de jóvenes y "glamourosas" espías a las que contar las puñeterias cuarteleras era como una bocanada de aire fresco que servía para alegrar la vida del soldado. Especialmente, si era de Estado Mayor, que eran los más buscados por aquellas encantadoras mujeres.

Y como aquello se había acabado, confian en que ahora las cosas vuelvan a estar en su sitio y Soraya conceda a estas  benéficas criaturas la dignidad que conservaban desde los tiempos de la Biblia. Y que, además, en España no ascienden en el escalafón, como ocurría en la Unión Soviética.






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