sábado, 17 de diciembre de 2011

Consejeros

Yo no lo quito


1.- El Consejo de Estado.

Una de las instituciones más antiguas de España es el Consejo de Estado, cuyo origen se remonta a la época visigoda cuando recibía el nombre de Aula Real. Era, y sigue siéndolo todavía, el elemento consultivo más importante de la Monarquía española.

Nadie sabe qué consejos está dando esta institución para el buen gobierno de la política española, pero ahí está. Y no tendría nada de particular que a este Consejo de Estado vaya a parar el peor presidente del gobierno español desde los tiempos de Witiza que, según nos cuentan los historiadores, fué uno de los más oscuros de la Historia de España. Y no solo los historiadores, sino también los poetas, como podemos leer en el Poema de Fernán González

En la España actual, quienes han desempeñado el cargo de Presidente del Gobierno adquieren la condición de Consejero nato del Estado con carácter vitalicio, y en cualquier momento podrá manifestar al Presidente del Consejo de Estado su voluntad de incorporarse a él, y percibirá los mismos emolumentos (6.000 € mensuales) que un Consejero permanente sin perjuicio del que le corresponda como ex Presidente del Gobierno.

Por cierto que allí se encontraría con Maria Teresa Fernandez de la Vega. Por tanto, recomendamos a nuestros lectores que no sean demasiado optimistas, porque quitarse de encima a un político en España es más difícil que quitarse una garrapata.

Esperamos que no  dé muchos consejos. Y por eso en este tiempo de Adviento les invitamos a que no abandonen la oración



Sin embargo, nos atormenta una duda, y es saber qué consejos habrá dado el actual Consejo de Estado a lo largo de estas dos legislaturas que nos han llenado de vergüenza y de miseria a todos los españoles.


2.-Una buena noticia.
Que esta vez se refiere al Fiscal General del Gobierno Cándido Conde Pumpido, que de cándido no tiene nada. El Fiscal que no vaciló en declarar que estaba dispuesto a ensuciar su toga con el polvo del camino tenía que haber sido sustituido hace algún tiempo, pero Zapatero quiso prolongar su mandato. Lo malo del  camino es que, además de polvo, había al borde del camino otras muchas cosas que por decoro no mencionamos. Vean la noticia:


Nosotros nos alegramos por su cese y le otorgamos el Gran Collar de la Orden del Faisan de Oro por su gallarda defensa de la Policía de Rubalcaba y del hasta ahora Ministro del Interior Antonio Camacho, consiguiendo que no declarase en este famoso asunto del Faisán, cuando lo que pueda declarar un Ministro o Subsecretario del Interior es siempre la verdad, como dijo Bono. Por cierto que también consiguió que el ahora ex presidente del Congreso no tuviera que ser investigado. Y si tuviéramos que analizar su actuación a lo largo de estos ocho años, no tendríamos espacio en esta página.

No obstante aquí ponemos su retrato para que la Historia no se olvide de él.




3.- Rectificación.

Como dentro de pocos dias vamos a celebrar la Navidad, nos ha entrado un cierto arrepentimiento por presentar a nuestros lectores la imagen del que ya es ex-Fiscal General del Gobierno, y para no amargarles la fiesta y compensarles  de nuestra maldad, les ponemos ahora la imagen de la Procuradora mejicana doña Marisela Morales Ibáñez, que colabora con la justicia española en la lucha contra el narcotráfico, que ésta si es una procuradora de muy buen ver.




De nada, hombre. Estamos para servir a nuestros lectores.

4 comentarios:

  1. cándido conde- pumpido tourón, el fiscal general más sectario de todos los tiempos......

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  2. Entre otros, el Consejo de Estado propuso la reforma electoral que enarbolan los partidos pequeños frente a la dupla mayoritaria, y que aseguraba una mayor proporcionalidad del sistema electoral. Y también propuso la deLimitación definitiva de la distribución de competencias entre Estado y Comunidades Autónomas.

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  3. Muy agradecido por su información. Pero,en cualquier caso,habrá que reconocer que de poco ha servido.

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  4. Claro, porque la actuación del Consejo no es vinculante. Su fuerza es relativa, basada en la autoridad de la institución, no en que sus conclusiones sean de obligada observancia para la autoridad consultante. Los informes son muy buenos, pero luego queda a poder político decidir si los sigue o no, porque sólo al Gobierno le corresponde la iniciativa en la materia (al menos la que tiene visos de prosperar). Si no existieran esta clase de órganos (como el Tribunal de Cuentas, otro gran olvidado que no tiene más peso y poder porque simple y llanamente no interesa), el poder político sería aún más descarnado

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